Una fotógrafa de porno intenta pensar su práctica desde un espacio que le es ajeno, el espacio escénico y la práctica corporal.

Las imágenes de contenido sexualmente explicito parecen imágenes transparentes, que lo muestran todo, incluso 'pornográfico' se ha convertido en un término peyorativo para referirse a esas imágenes en las que no hay nada que descifrar, demasiado literales. Pero gracias al trabajo de campo que realizó (más de 4 años trabajando para una compañía de porno lésbico) me dado cuenta de que, lejos de ser transparentes, estas imágenes son un artificio, un trompe l’oeil.