Ahora que el tiempo es ahora, todo presente, sólo vertical, una lanza vacía y afiliada que recorta y reduce la vida a una experiencia tubular, sumisa y condensada, ahora, en La Caldera, el tiempo es 30 años. Un ahora por el que pasa gran parte de la historia de la danza en Barcelona. Una historia que es casa, que son las y los socios, el equipo, el trabajo, una dedicación compartida, las crianzas, algunas apariciones y desapariciones, nacimientos y muertes, accidentes, dramas, dilemas y fiestas; producciones, reproducciones, funciones, fundaciones y refundaciones, conversaciones, cuidados, rastros y huellas gráficas, agitaciones y muchísimas preguntas aún sin resolver.